El korfball es un deporte de equipo mixto que se originó en los Países Bajos a principios del siglo XX. Se juega en una cancha dividida en dos mitades, con un cesto o «korf» en cada extremo. El objetivo del juego es lanzar un balón a través del cesto contrario para anotar puntos, mientras que los defensores intentan evitar que el equipo contrario marque.
Lo que distingue al korfball es su característica de ser un deporte completamente mixto, con equipos compuestos por hombres y mujeres. Además, se enfatiza el fair play y la deportividad, ya que no se permite el contacto físico entre los jugadores. El korfball ha ganado popularidad en varios países europeos y se practica también en otras regiones del mundo como América del Norte y Asia. Es un deporte que promueve la inclusión y la igualdad de género en el ámbito deportivo.